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Adopción de Corazón

¿Hablarlo será peor?

Actualizado: 4 abr

¿Qué hacer cuando nuestros hijos no recuerdan lo que les pasó? ¿Será mejor dejar los esqueletos enterrados? ¿O bastará decirles una sola vez lo que sucedió con su familia de origen? ¿Tal vez les podemos dar una carta cuando cumplan los 18 y así salir del asunto?

Jayne Schooler, entrenadora de padres, autora, y madre de acogida, nos da DIEZ PRINCIPIOS que nos guiarán en estas conversaciones difíciles.


Bienvenidos de nuevo a la serie sobre cómo contarles a nuestros hijos adoptivos sus historias de vida, aun las más difíciles. Si no los has leído ya, te invitamos a devolverte a las primeras dos segmentos antes de seguir aquí.


6. Repite, repite, repite

La historia de un niño no se cuenta en conversaciones de “una sola vez y para siempre.” A medida que el niño madura o tiene preguntas adicionales, se debe tener repetidas conversaciones, a lo largo del tiempo, entrando hasta la adolescencia temprana. El niño puede haber entendido mal la información compartida anteriormente si los padres usaron lenguaje o conceptos que aún no podía comprender. O el niño puede haber estado tan enfocado en una parte de la información, especialmente si tiene desafíos atencionales, que se perdió otras porciones del mensaje, aunque eran de igual importancia. Puede haber desarrollado nuevas preocupaciones o temores que necesitan tratarse. O, puede necesitar información durante una conversación y la oportunidad de expresar sus sentimientos en otra. Como padres no debemos insistir obsesivamente en comunicar sobre la adopción hasta el punto de abrumar al niño con un torrente de conversación dolorosa, pero sí es importante recordar que se debe abordar el tema de la adopción a lo largo de la maduración del niño. El psicólogo e investigador Dr. David Brodzinsky sugiere, “Si no puedes recordar la última vez que hablaron sobre la adopción, entonces ya es hora para tener otra conversación.”

Recordamos que la historia que le contamos a un niño muy pequeño será diferente a cuando tiene diez años. Al principio puede ser una historia bonita de todas las personas que les dieron la bienvenida cuando llegaron a casa por primera vez. Más adelante puede ser el concepto de que “gané una familia y perdí una familia.” Pero si para cuando tienen 13 o 14 años no han podido razonar la verdad en estas etapas, es muy común que lleguen a la conclusión que fueron regalados y, como nadie regala lo que les importa y es valioso, entonces debe ser que ellos no valen nada y son totalmente rechazados como seres humanos.


7. No intentes arreglar el dolor de la pérdida

Todos los cuidadores/padres tratan de proteger a sus hijos del dolor. Sin embargo, los adultos deben reconocer que su hijo tiene que experimentar algo de dolor en la resolución normal del duelo relacionado a la adopción. La única manera de salir del dolor es atravesándolo. No te impongas expectativas irrealistas (p.ej. Al decir exactamente lo correcto, podrás borrar todo el dolor y la tristeza causados por una separación de la familia de origen). Si el niño se niega o se resiste a la comunicación, inténtalo en otro momento. Por lo general a los niños pequeños les encanta escuchar sus historias de adopción. Por naturaleza son centrados en sí mismos y les encanta escuchar historias sobre sí. Sin embargo, a medida que los niños maduren y entiendan que hay elementos dolorosos de duelo y pérdida, además de confusión sobre las lealtades divididas en sus historias, se pueden volver resistentes a la comunicación sobre la adopción. Puede que los cuidadores/padres se pregunten si se están pasando si el niño insiste, “No quiero hablar de eso. ¿No lo puedes dejar así?” Los deseos del niño acerca de la comunicación de asuntos de vida se deben respetar, y es difícil, si no imposible, tener una conversación con alguien que no quiere conversar.

A través de conversaciones con adultos que fueron adoptados hemos entendido que no les gusta la historia de que “fuiste un bebé muy especial y nosotros te escogimos,” porque significa que los podrían “des-escoger” y también porque no les responde ninguna de sus preguntas y así invalida su sensación de pérdida. Entonces, no lo podemos arreglar, pero sí les podemos escuchar y acompañar, sin intentar minimizar o borrar el dolor.

Es importante también estar apercibido de cambios físicos, emocionales, académicos o relacionales, porque hay veces en que el dolor es demasiado grande para nuestros hijos. Siempre insistimos en que las familias con las que trabajamos tengan una relación con un terapeuta (en lo posible, que sea informado en trauma), con el que hablan cada 4-6 meses, aunque todo ande bien. Así cuando lleguen los malos momentos, ya tienen a esa persona de apoyo que los conoce y les puede ayudar en lo profesional.


8. Recuerda, el niño sabe más de su historia de lo que tú crees

Un concepto importante que los cuidadores deben entender es que el niño estuvo ahí cuando el maltrato o la negligencia sucedió. ¿Quién podría saber más que el que estuvo presente? Si era muy pequeño, no tenía palabras para expresar lo que vio o vivió, así que se guardó la experiencia en su cuerpo y mente, donde se pudre hasta que algo en el presente lo activa. (Y ahí es donde nuestros hijos tienen comportamientos desconcertantes, extremos, o desmedidos.) Necesitan que le ayudemos a procesar lo que vivieron, dándoles palabras para explicar lo que les sucedió. No decirles nada no es ayudarles, porque la memoria se quedará estancada en ellos sin resolver. A veces es difícil encontrar las palabras porque nosotros no estuvimos allí, pero les debemos y podemos ayudar.



Estos principios nos demarcan una pauta significativa como padres y madres por adopción. Tómalos muy en cuenta. Escríbenos con tus pensamientos, preguntas, o para saber cómo te está confrontando esta serie. Y visítanos la próxima semana para leer la finalización de estos DIEZ PRINCIPIOS PARA DECIR LA VERDAD, aquí en Adopción de Corazón.



Jayne y su esposo, David, se convirtieron en padres de acogida en 1978 cuando un joven en su iglesia les pidió recibirlo a él en su hogar. Eso cambió totalmente el rumbo de sus vidas. David trabaja en consejería, especialmente con adultos lidiando con el impacto de trauma relacional temprano. Y los dos entrenan a personas alrededor de EEUU sobre los cuidados informados en trauma, con un ministerio llamado Back2Back, que está involucrado en el cuidado integral de huérfanos alrededor del mundo. Jayne es la autora de ocho libros relacionados con el bienestar infantil y también es abuela de cuatro nietos. ¡Ella es un recurso fantástico para nosotros!


(Este artículo fue creado por The Adoption Connection. Originalmente apareció como parte de un podcast en inglés en https://theadoptionconnection.com/episode-4/

This material was created by The Adoption Connection and is available in its original format and language at https://theadoptionconnection.com/episode-4/)


Estos son los 10 tips con sus enlaces:


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