Este mes celebramos la venida de Jesús a la Tierra. Llegó como un bebé indefenso, y fue recibido no sólo por su madre, sino también por un padre adoptivo. Juzgando por el carácter de Jesús --demostrado a través de las historias de sus acciones y palabras-- José fue un excelente padre (no perfecto, por supuesto). ¡No leemos ningún indicio de un apego dañado en Jesús!
¿Y por qué vino Jesús? Para que todos nosotros también pudiésemos ser adoptados a Su familia eterna. Nuestra adopción sí incluye una historia de relacionales rotas, pero Jesús vino para "reconciliar consigo todas las cosas... haciendo la paz mediante la sangre de su cruz." (Colosenses 1:20)
"Dios envió a su Hijo... para rescatarnos... a fin de que fuéramos adoptados como hijos." (Gálatas 4:4-5)
¡Eso sí que suena bien! Celebremos esta fiesta de adopción en amor con nuestras familias y comunidades.
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