El mes pasado en Adopción de Corazón exploramos el tema de familia -- ¿qué es?, y ¿cómo educar a nuestra familia extensa acerca de la adopción/acogida?
Este mes vamos a hablar de la COMUNIDAD , esa familia que no es por sangre ni legal, sino los amigos, vecinos, y otros compañeros con los cuales vivimos, trabajamos, adoramos y jugamos.
Todas las familias con hijos necesitan ayuda en la crianza. Justo la semana pasada nosotros cuidamos a tres de nuestros sobrinos mientras sus papás y otra hermana estuvieron en un banquete por un reconocimiento que la niña ganó en la escuela. Ese mismo día, uno de sus hijos tuvo un paseo escolar, otro tuvo clases de piano, otra tuvo un partido de fútbol y la otra tenía un banquete -- ¡necesitaban clonarse para estar en tantos eventos a la vez! Pero como no se podía, entonces NOS PIDIERON AYUDA.
Como padres y madres por adopción o acogimiento, enfrentamos los mismos desafíos. Y a veces, estos desafíos se ponen más complejos que las familias biológicas. Por ejemplo, tal vez nuestros hijos tengan:
Alguna condición médica que requiere atención adicional,
Necesidades especiales cognitivas para realizar sus estudios,
Dificultades comportamentales que nos agotan y requieren extra esfuerzo y consistencia parental,
Terapias para lidiar con el trauma u otras condiciones,
Citas para sus procesos legales, como determinar su estado de adoptabilidad, de regresar o no con su familia de origen, visitas con los progenitores, entrevistas a los niños y también a los cuidadores, etcétera.
Además, si tu proceso de adopción no se ha finalizado (incluyendo los seguimientos post-adopción), la incertidumbre del proceso y del vínculo entre padres e hijos desgasta.
No es por decir que somos “especiales,” pero nuestro parentalidad a menudo requiere más energía, paciencia, resiliencia, dinero…
NECESITAMOS PEDIR AYUDA A NUESTRA COMUNIDAD.
¡Y LA COMUNIDAD QUIERE AYUDAR!
Pero si ellos no saben lo que necesitan, ¿cómo te van a ayudar?
¿Cómo van a saber si no les pides?
¿Cómo vas a pedir si no sabes qué necesitas?
Y cuando pides ayuda, ¿qué pasa si no sabes recibirla con alegría y sin culpa o temor?
El punto es:
Identifica qué necesitas (Puedes hacer una lista de todas las citas o actividades, o de las necesidades materiales que tienen, por ejemplo.)
Aprende a delegar (Busca cómo puedes dividir tus quehaceres en pasos y cómo pedirle ayuda en una parte que te podría ahorrar tiempo y energía.)
Ten conversaciones honestas y abiertas con tu comunidad sobre las cargas y desafíos que están experimentando, pregunta si estarían dispuestos a ayudar, y ofréceles algunas opciones de cómo pueden hacerlo.
Normalmente, te querrán ayudar. Créelos. Si se ofrecen, o si aceptan tu petición, entonces de verdad quieren. No tienes que sentirte culpable. Si la ayuda es ir al supermercado por ti, sólo sé agradecida. No tienes que tener miedo. Si la ayuda es cuidar a tus hijos mientras vas al supermercado, deja claro los límites y confía que van a estar bien.
¿Necesitas una idea de por dónde comenzar? Puedes compartir esto con tu comunidad:
Ideas de cómo ayudar a una familia adoptiva o de acogida:
Sé su amigo
Ora por ellos
Ayuda con el transporte de sus hijos
Lláma o escribe para saludar
Ofrece cuidado temporal para darles un descanso
Haz una comida por ellos
Paga por terapia o una actividad extracurricular
Limpia su casa
Escucha y haz preguntas
No ofrezcas consejos que no están pidiendo
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