top of page
Adopción de Corazón

Prepárate Mentalmente para la adopción/acogida, Parte II

Once Pautas para familias adoptantes, de familias adoptantes

En la parte una empezamos a explorar "lo que quisiera haber sabido antes de adoptar." Sigue leyendo más pautas aquí, bien sea ya tengas a tus hijos en casa, o apenas estés considerando crecer la familia.


3. Entiende qué puedes controlar y no

Una vez en un entrenamiento para padres nos pidieron hacer tres columnas: una con lo que podemos controlar, otra con lo que podemos tener influencia y la tercera de lo que no podemos controlar. Antes de hacerlo, yo ya te podría haber dicho que no podía controlar a mis hijos, pero mi paradigma parental me decía que tal vez lo lograría. Así que cuando llené el cuadro y me di cuenta de que todas las decisiones de mis hijos cabían en “no puedo controlarlo” o en “puedo tener algo de influencia,” entonces cambió de forma radical la manera en que yo ejercía mi rol de madre. En vez de sentir que me estaba volviendo loca, intentando controlar sus decisiones, ahora pude sentirme más exitosa porque ya no estaba intentando hacer algo imposible.

Esto también es cierto en cuanto a nuestros matrimonios. No podemos controlar a nadie sino a nosotros mismos. Para mí la oración de la serenidad se ha vuelto muy significativo a lo largo de los años, “Dios, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia.” Esta oración es excelente para nosotros como madres y padres. Otra idea es memorizar versículos bíblicos que puedes usar cuando luchas con temores y dudas. Por mucho tiempo, mientras luchábamos con la crianza de uno de nuestros hijos, lo primero que me venía a la mente al despertar fue “No temas porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” (Isaías 41:10) Durante todo el día me tenía que aferrar a ese versículo y, por el poder de Dios, me mantuvo a flote y lo sigue haciendo. Te recomiendo memorizar muchos versículos sobre los cuales te puedes parar en los momentos difíciles y los momentos de alegría. Y si tu definición de “un día exitoso” es que te memorizas un versículo bíblico, entonces te puedes acostar en la noche sintiéndote exitoso. No definas el éxito como “mi hijo no hará berrinches hoy,” porque es algo que tú no puedes controlar.


4. Sé flexible

Éste es bastante difícil para algunos de nosotros, pero la experiencia nos ha enseñado que es uno de los más importantes. Por ejemplo, no te encierres, planeando y declarando tus intenciones para los siguientes 15 años de cuidado temporal por acogimiento o adopción antes de siquiera iniciar. No sabrás cuál es el camino correcto para tu familia hasta que no hayas comenzado el viaje. Una mamá de ocho hijos por adopción dijo que lamenta haberles dicho a todo el mundo exactamente cómo iban a ser una familia de acogida y no por adopción. Después de un mes se dieron cuenta que realmente sí estaban interesados en adoptar. “Nunca sabes cómo Dios cambiará tu corazón y todas las maneras en que tus planes fijos tendrán que cambiar. Tenemos que ser humildes.”

Yo (Lisa) creo que la flexibilidad es una cualidad fundamental de los padres y madres adoptivas que tienen una buena experiencia. Algunos de nosotros estamos acostumbrados a tener un hogar hiper-organizado con reglas estrictas antes de traer a nuestros hijos a casa. Para un ejemplo pequeño, yo no permitía a mis hijos masticar chicle, por lo menos no en la casa, nunca. Yo odiaba el chicle, pero después fuimos a trabajar con uno de los mejores terapeutas del país, quien dijo que permitir que mi hija masticara chicle le ayudaría a estar calmada. (Esto era antes de conocer a la Dra. Karyn Purvis, que se auto-denominaba la Reina del Chicle.) Tal vez parezca pequeño, pero para mí fue bastante difícil soltar esa regla. Logré adaptarme y aceptar que mis hijos masticaran chicle en la casa; aunque sí coloqué algunos parámetros, tuve que ser flexible y soltar esa regla. Al otro extremo del espectro, una de las áreas en las que más flexible he tenido que ser, es cómo educamos a nuestros hijos. Fue doloroso soltar, ni siquiera puedo explicar lo difícil que fue, cambiar de ser una familia que exclusivamente hacía homeschool (educación en casa), a ser mucho más flexibles en nuestras opciones educacionales para nuestros hijos. Paso a paso fueron de educación en casa, a situaciones grupales, a un colegio privado y eventualmente algunos de nuestros hijos fueron al colegio público. Fue una lección grande en cómo ser más flexible por el bien de mis hijos.


5. Edúcate

Nuestra propia educación es muy importante al estar en este camino de adopción y acogimiento. Me refiero a la educación sobre el trauma, el apego, el desarrollo infantil, la neurociencia, y más. Creo que todo ese conocimiento nos puede ayudar a sentir la compasión que necesitamos tenerles a nuestros hijos cuando las cosas se ponen muy difíciles. Hay muchas maneras de educarte. Hay conferencias y libros y entrenamiento o coaching. Hay un libro que es clave que es El Niño Adoptado (The Connected Child) y Lisa acaba de escribir el libro que le sigue The Connected Parent (estamos intentando que se traduzca al español). También cualquier libro escrito por Dan Siegel o por Daniel Hughes. Todos son libros con conceptos claves que son fáciles de comprender y ayudar a formar la compasión que queremos tener alrededor de nuestros hijos y sus comportamientos más difíciles.

Recuerdo ir a una conferencia antes de traer a nuestros hijos a casa y el primer ponente habló sobre el trastorno de apego. Yo le dije a mi esposo que era una lástima comenzar un taller con ese tema, pero ¡cuánto quisiera haber puesto más atención! Antes de recibir a nuestros hijos, es tentador querer protegernos de lo duro. Pero es importante entender el espectro completo posible de lo que podría pasar porque no lo podemos controlar. Entonces una recomendación es no leer solamente las historias con un final feliz sobre las historias de adopción color de rosa, sino buscar libros que cuentan el peor escenario posible. De ahí, puedes tomar una decisión para tu familia y tus otros hijos basado en cómo podría afectarlos a todos, si ese peor escenario fuera a hacerse realidad.

De acuerdo a las estadísticas, la Dra. Purvis compartía que un tercio de los niños se adaptará muy bien. Otro tercio tendrá luchas moderadas, por ejemplo estarán bien adaptados en algunas áreas y lucharán en otras. Y luego, hay otro tercio de chicos que luchan muchísimo y pueden ponerte en una crisis. Así que, aun si sólo tomáramos los dos tercios que tendrán algún grado de dificultad, eso ya es de tomar en consideración. Significa que lo más probable es que te enfrentarás con alguna clase de desafío para el cual no te sientes preparado.

Parte de tu educación y preparación debe ser hablar con otras familias que ya han pasado por este camino y pedirles que te cuenten todo. Si te sientes asustado con lo que te cuentan, está bien. Está bien ayudar al huérfano de alguna otra manera. Por ejemplo, puedes proveer un descanso a una familia adoptiva o de acogida, o apoyarlos de otras maneras. Creo que si eres de las personas que escuchas todas las historias difíciles y aún te sientes llamado a recibir a uno (o más) niños, esa es la clase de determinación y coraje que se necesita para el camino de la adopción, para poder darles a nuestros hijos la mejor posibilidad de tener la estabilidad y consistencia que ellos necesitan.


6. Define el Éxito

¿Cómo vemos el éxito para nuestras familias? ¿Está basado en lo que podemos controlar y nuestra meta de conexión? Una de las cosas que en nuestra familia hemos escogido para definir el éxito es la conexión que tenemos con nuestros hijos, no necesariamente su comportamiento. Eso ha cambiado algunas de las decisiones que tuvimos que tomar, nos ha hecho ser flexibles. Teníamos ciertas expectativas de cómo íbamos a ser como padres, especialmente como padres de adolescentes. Al buscar mantenernos conectados con ellos, esas expectativas se han visto desafiadas.

Para algunas personas, la meta puede ser sencillamente mantener a flote su matrimonio y que ése sea el éxito. Con mi esposo hemos estado en la situación en que pareciera que tenemos que escoger entre nuestro hijo y nuestro matrimonio. Incluso mi esposo y yo tuvimos que vivir aparte durante un tiempo debido a uno de nuestros hijos. Son cosas que nunca nos imaginamos que tendríamos que decidir, entonces opino que determinar cómo vas a definir el éxito antes de empezar es de mucha ayuda. Eso puede ayudar a guiarte cuando estés en medio de una situación compleja. Habrá decisiones muy difíciles de tomar; tal vez ya estés en esa situación. Quiero que sepas que nunca es tarde para redefinir el éxito. Nosotros logramos hacer eso con nuestros hijos mayores y hemos visto mucha redención a través del proceso; valió la pena.


7. Lo que es normal para tus hijos puede que no lo sea para ti.

Hay ciertas cosas que creemos que son universales, como el respeto. Entonces les decimos a nuestros hijos que nos tienen que tratar con respeto, y tenemos una idea de cómo se debe ver eso. Pero nuestros hijos o no tienen un concepto de esa palabra, o de donde vienen, se ve diferente. (Puede ser porque vienen de otro país, o de otra cultura dentro de nuestro país.) Otro ejemplo puede ser lo que significa para ellos “mamá” y “papá.” En algunos casos hablamos el mismo idioma pero no nos entendemos porque manejamos definiciones totalmente distintas de los conceptos.

Nosotros recibimos a un joven en nuestra casa por un tiempo, que había crecido en el sistema de acogimiento familiar pero ya era mayor de edad. En contraste con nuestras adopciones internacionales, teníamos un idioma en común. Pero había cosas que él decía que no significaban lo que nosotros entendíamos. Por ejemplo, a menudo él ponía música rap con el ritmo y el bajo muy duro a las tres de la mañana. La mayoría de ustedes probablemente entenderán que no era apropiado y, si hubiera sucedido en tu casa, pensarías que él estaba intentando ser irrespetuoso o descortés o intencionalmente desobediente. Nosotros le decíamos que necesitábamos que usara audífonos de noche. Era demasiado grande para decirle que tenía que dormir, pero por lo menos tenía que hacer silencio. En vez de simplemente verlo como falta de respeto, tuvimos que trabajar juntos, escucharlo a él de verdad y con el tiempo llegamos a entender que este concepto de hacer silencio de noche era totalmente nuevo para él porque él creció en un barrio donde nunca había silencio. Toda la noche había gente en las calles y música desde las casas entonces nunca se le había ocurrido que la noche era un tiempo para hacer silencio. Era como si no lo entendiera, o si le estuviéramos colocando una expectativa irracional. Cuando por fin lo entendimos, no nos hizo más felices con la música en la madrugada pero sí nos ayudó a comprender por qué él luchaba tanto con eso y a tener más compasión. Pudimos trabajar juntos y le contamos a él también cómo nosotros crecimos y que las noches siempre eran silenciosas. Así pudimos comprender en dónde perdimos el señal de comunicación para recuperarla.

Otra área común en que vamos a tener expectativas muy diferentes tiene que ver con la comida y la hora de comer. Para los que estamos acostumbrados a sentarnos a comer juntos en familia, debemos saber que vamos a recibir a niños que nunca han experimentado una comida en familia, o que tal vez nunca se han sentado a la mesa a comer. Vamos a tener a niños que nunca han comido carne o que no saben qué es una verdura o una comida balanceada. Lo que para ellos es normal va a ser totalmente anormal para ti. Entre más entendemos esto, más flexibles podemos ser, como con el joven y la música en las madrugadas. Se pudieron entender, al compartir historias. Algo parecido nos pasó con una de nuestros hijos y la hora de dormir. Cada noche hacíamos una rutina de leer, orar, cantar y apagar las luces. Y cada noche cuando nosotros salimos después de eso, nuestra hija se paraba, prendía la luz y empezaba a jugar. ¡Nosotros no podíamos comprender qué estaba sucediendo! Luego, cuando sabía suficiente español para contarnos, nos explicó que en el orfanato cuando las cuidadoras se iban, era el momento en que los niños prendían las luces. Se ponían a jugar o a limpiar el cuarto, porque dormir no era realmente seguro, así que era mejor estar despiertos de noche. Entonces, lo normal para nosotros y nuestros hijos biológicos era apagar las luces e irnos a dormir, pero eso no era para nada normal para ella. Simplemente entender que nuestros hijos pueden tener un concepto muy diferente al nuestro de lo que es “normal.”


Para las últimas pautas de esta serie, busca la Parte III de este artículo aquí en Adopción de Corazón.


(Este artículo fue creado por The Adoption Connection. Originalmente apareció como parte de un podcast en inglés en https://theadoptionconnection.com/episode-41/ This material was created by The Adoption Connection and is available in its original format and language at https://theadoptionconnection.com/episode-41/)

69 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page