Las historias son más comunes de lo que quisiéramos creer.
Todos conocemos a alguien que sufrió algún abuso sexual en su vida.
Tal vez tú eres esa persona.
Cuando nos convertimos en madres y padres, puede ser uno de nuestros temores más grandes. Especialmente cuando tenemos una experiencia propia de abuso, puede mantenernos en estado de alerta:
¿Cómo podemos proteger a nuestros hijos de experimentar el abuso sexual?
Y para muchos de nosotros, que hemos acogido o adoptado (o estamos mentoreando, apadrinando, o enseñando en hogares de protección o programas para la niñez vulnerable):
¿Qué podemos hacer para ayudar al niño/a que YA sufrió el abuso?
Para reflexionar sobre este tema tan importante, Julio Peña de Adopción de Corazón y Discipulado Sexual nos compartirá algunos principios y pautas:
1. Para prevenir el abuso sexual:
A. Se ha comprobado que la comunicación con los padres es un factor de protección contra el abuso sexual. El 90% del éxito en la prevención del abuso sexual radica en la buena comunicación con los padres (José Luis y Silvia Cinalli).
B. La conexión con los padres y otro factor protector. Los abusadores maquinan el abuso hacia los niños que anhelan la atención de sus padres. Saberse amados incondicionalmente por los padres reduce el sentido de la verguenza en los niños, que es otro factor de riesgo importante en la prevención del abuso (Jay Stringer).
C. La educación sexual es clave para prevenir el abuso. Esto incluye usar los nombres correctos para identificar las partes privadas, y hablar frecuentemente y de manera natural sobre quién puede ver o tocarlos (por ejemplo, sólo tú, la persona que te ayuda a bañar y vestirte {en el caso de los pequeños}, y el doctor que a veces tendrá que revisar tu cuerpo). En esta educación -- que se da en el día a día, de manera informal, como dijimos en el artículo anterior -- puedes hablar también sobre que tipo de juegos son apropiados o no. Siempre ten en cuenta la etapa de desarrollo de tus hijos... y que nuestros hijos a veces no están en la etapa que correspondería a su edad cronológica. Pueden estar más atrasados, más avanzados, o los dos. Es bastante común observar un despertar sexual precoz, debido a experiencias de abuso y/o exposición a contenido sexual.
D. Educación de 1. qué hacer cuando sienten que no están seguros y 2. qué hacer si algo malo les pasa.
Para esto, podemos usar unas pauta sencillas:
1. Grita "¡NO!", corre a un adulto seguro y cuéntale lo que pasó.
2. Busca un adulto seguro y cuéntale lo que pasó, de una vez. No te bañes, no comas, y no te cambies la ropa primero. (esto es importante por la valoración que hará un doctor de medicina legal, para poder tomar muestras de ADN)
Pueden hablar frecuentemente de quiénes son los adultos confiables y seguros que ellos conocen, por ejemplo, miembros de la familia, policías, y otros que puedan identificar en la comunidad.
2. Si nos cuenta su historia de abuso:
A. Debemos creerle, aun si no es cierto o no esta contando toda la verdad o partes pueden ser mentira, es muy importante que en el momento se sienta visto, escuchado, validado y consolado por nosotros.
B. No digas "¿Por qué no me dijiste antes?" Esto es revictimizarlo.
C. Haz la denuncia ante las autoridades. Aun si fue un pariente o un amigo cercano de la familia. Aun si te rueguen que no lo hagas. Denunciar le comunica a tu hijo que es importante, y que tú estás dispuesto a hacer lo que fuera para protegerlo. Denunciar ayuda a asegurar que el abusador no siga lastimando a más niños.
D. Busca ayuda profesional para tu hijo/a.
Este es un tema muy complejo y doloroso; no pretendemos abarcarlo completamente aquí, sino darles un pequeño vistazo esperanzador. ¡Nuestras historias no terminan con el abuso!
Te invitamos a ponerte en contacto con Julio a través de su Instagram DiscipuladoSexual o el correo discipuladosexual@gmail.com para participar en un taller grabado que te puede orientar más. Este taller te ayudará a comprender, acompañar y ayudar a los que han sufrido el abuso sexual. También puede ser una parada importante en tu camino si tienes una historia propia de abuso que no has trabajado.
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