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Adopción de Corazón

Una casa sin fundamento: trauma sin intervención temprana

El impacto del trauma prenatal y preverbal que no se trata, se puede comparar con construir una casa sin fundamento.

niños construyendo con bloques

A medida que la persona crece, la casa se sigue construyendo, aunque no tiene una base sólida. Tal vez haya grietas en el cemento (no tenemos suficientes experiencias de seguridad o vinculación en la relación de apego), o quizás el fundamento no se formó con suficiente material (predisposiciones genéticas al estrés o la enfermedad mental, o los niveles altos del cortisol in vitro y las resultantes respuestas elevadas al estrés), o de pronto los constructores tuvieron un mal plano de la estructura de la casa (lóbulo frontal subdesarrollado).

Ante cualquiera de estas fallas, el tratamiento temprano y especializado es clave. Los abordajes de intervención temprana y de prevención son la mejor manera para apoyar la salud de los individuos y las familias.


Tal vez se entienda mejor a través del estudio de un caso real. Una familia adoptó a su hija desde que nació, estaban emocionados de recibirla, y ella y sus padres se vincularon bien. Empezaron a formar una relación de apego seguro y saludable en los primeros años de la vida de su hija. Ella se manifestaba feliz, conectada e involucrada emocionalmente.


Tristemente, su hija experimentó un abuso sexual a los tres años. La familia llevó a cabo el proceso legal de la denuncia, pero no buscaron tratamiento para el trauma de su hija. En el transcurrir de los años, ella empezó a manifestar conductas preocupantes como mentir, robar y acaparar comida. Sus padres intentaron refrenar estos comportamientos pero siguieron aumentado. Ya para el comienzo de la adolescencia, empezó a buscar interacciones sexuales riesgosos y sus incidentes de mentir y robar escalaron y resultaron en problemas legales. Para ese entonces, su hija fue diagnosticada con el Trastorno Límite de la Personalidad: un resultado directo de la interrupción del apego que ocurrió cuando experimentó un trauma grave y no tuvo el apoyo emocional que necesitaba.


La pregunta que tenía los padres era "¿Por qué otras personas que experimentan el trauma en la primera infancia no desarrollan interrupciones en el apego o trastornos de personalidad?" Aunque las respuestas son complejas, hay patrones claros que involucran las predisposiciones genéticas, el trauma temprano, y las interrupciones del apego.


El trauma que ella vivió a los tres años interrumpió la relación de apego que se estaba formando entre la niña y sus padres en sus primeros años. La falta de intervención temprana, la falta de intencionalmente proveerle seguridad emocional y conexión después del trauma, y la falta de reparación en el apego prendieron un interruptor en la fisiología de la niña. Esto implica que ella tenía una predisposición genética para la inestabilidad emocional y, al experimentar una trama durante la etapa de construcción del apego sin reparación, se activó esa tendencia y el resultado fue la inestabilidad emocional que ella experimentó. Siempre hay esperanza para sanar estos disrupciones, pero el viaje será largo y difícil, tal y como reparar el fundamento de una casa es más difícil cuando la casa ya esté terminada y habitada.


Muchas veces creemos que el niño debe tener cierta edad antes de poder iniciar un tratamiento, ¡pero no es cierto! La intervención temprana con programas de salud mental del infante o entre los padres y el infante, además de la terapia basada en el apego, pueden preparar el terreno para romper los patrones del trauma intergeneracional, tratar los problemas de raíz, y nutrir el desarrollo cerebral en el nivel fundacional. Y esto antes de que los patrones se concreten en trastornos psicológicos.


Se recomiendan una variedad de intervenciones y abordajes para esta clase de tratamiento.

  • Para los niños pequeños busca un proveedor especializado en uno o más de estos enfoques: psicología del desarrollo, desarrollo infantil y de la primera infancia, y/o salud mental de los infantes. Probablemente usarán abordajes como: la terapia basada en el apego, le terapia del juego, Traumaplay, EMDR, Theraplay, y otras intervenciones parecidas.

  • Para los padres, los abordajes de tratamiento podrán incluir el neurofeedback, EMDR, terapia cognitivo-conductual, psicoterapia sensoriomotriz, y otros abordajes.

  • Para la díada padre-hijo y para la familia podrían usar la psicoterapia del desarrollo diádico o terapia familiar.

Es importante reconocer el valor de un abordaje interdisciplinario para trabajar con los efectos del trauma temprano y las interrupciones en el apego y lograr una sanidad óptima. Tales tratamientos complementarios pueden ser de terapia ocupacional (por ejemplo MNRI: la integración de los reflejos neurosensoriomotrices) y de integración sensorial.

Si volvemos a la analogía de la casa, consideremos cuál es más fácil: ¿llenar los baches en el fundamento de cemento antes de construir el resto de la casa, o intentar llenar las brechas después de que la mayoría de la construcción ya se haya hecho? Siempre beneficiará la casa llenar esos huecos, porque será más fuerte y estable. Pero es muchísimo más difícil trabajar en una casa con un fundamento débil que una al inicio de su construcción, cuando es fácil acceder al fundamento.

De la misma manera, la intervención temprana es clave en abordar las interrupciones e inseguridades del apego, y en ayudar al cerebro a desarrollar caminos neuronales para la seguridad y conexión en vez de la sobrevivencia.


Basado en sus primeros añitos, podría haber parecido probable que la bebé crecería y sería una niña -- y luego un adulto -- funcional y saludable. Su temperamento era suave, estaba conectada emocionalmente, se calmaba facilmente y era un infante contenta y alegre.


Ella, al igual con el niño en el blog anterior, nació de una mamá que experimentó niveles altos de estrés tóxico durante el embarazo. Ambos bebés experimentaron interrupciones en el apego al ser separados se sus madres biológicas. Ambos fueron adoptados por padres amorosos que deseaban tener una relación conectada con ellos. Pero la niña experimentó el trauma mientras su apego se estaba formando y concretando aún, y nadie se le amortiguó el trauma emocionalmente. Sus papás no reconocieron el impacto que el abuso en una etapa de desarrollo tan crucial podría tener sobre su sensación de seguridad, y no respondieron a las pistas conductuales que ella estaba dando.


A medida que ella comenzó a manifestar patrones de auto-preservación (mentir, robar, acaparar comida, y aumentar la intensidad de conductas preocupantes), sus papás tenían la oportunidad de ver su comportamiento como señales de crisis y necesidad. Desafortunadamente, estas pistas obviadas reforzaron los mensajes de sobrevivencia que le mandaba su cerebro: "Estás sola; las personas no son seguras; no puedes confiar en nadie." Esto, a su vez, la encaminó en un trayecto de auto-preservación.

El trauma no resuelto de la niña interrumpió la construcción del fundamento de su casa; agrietó los cimientos y la grieta no se resanó, sino que se le permitió seguir profundando y agrandando, dañando más y más el fundamento de su casa. Esto llevó a asuntos más graves y profundos con el pasar del tiempo. Tristemente, la relación de apego nunca se reparó. Si tuvieran una intervención terapéutica temprana para guiar a los padres para poder resanar la grieta fundacional, se podría haber restaurado la seguridad, remendado la interrupción del apego, y seguido construyendo la casa de la niña exitosamente.


El niño del blog anterior aprendió que tenía un lugar seguro adonde refugiarse cuando la vida se ponía difícil, mientras que esta niña aprendió que estaba sola. Es por esto que el nivel de seguridad que se establece en medio de la relación de apego en los primeros años de vida es el mayor indicador de la capacidad de una persona a lidiar con las experiencias adversas luego, en la adultez.


Conclusiones


  • Reconocemos la seriedad del trauma del apego, del desarrollo, y preverbal, y también tenemos que reconocer que los individuos siempre pueden trabajar hacia un apego más seguro, en la edad o etapa de desarrollo en el que esté.

  • Sin embargo, la intervención temprana es preferible cuando sea posible. Desde el nacimiento a los tres años es una etapa crítica del desarrollo. ¡No esperes hasta que haya asuntos graves para buscar apoyo y servicios de tratamiento! Para un niño pequeño, el tratamiento ayuda mientras aún el cerebro se está desarrollando, creciendo y sanando. El tratamiento para un adolescente o un adulto puede romper el ciclo del trauma para la siguiente generación.

  • Especialistas: Asegurate que el provedor se haya especializado en los asuntos del trauma del desarrollo (o trauma complejo relacional), el apego, el estrés prenatal y capacitado para ofrecer una intervención, no sólo estar informado de estos temas. VER NOTA FINAL

  • Abordaje interdisciplinario: los seres humanos tenemos diferentes dimensiones (física, mental, emocional, social, espiritual, etc.), entonces el tratamiento es más eficaz y sanador cuando se implementa con un abordaje que reconoce los efectos del trauma sobre todos los aspectos del desarrollo y funcionamiento.


UNA NOTA FINAL:

Sabemos que puede ser difícil encontrar a un profesional con las especializaciones que este artículo recomienda. Por eso, en Adopción de Corazón, uno de nuestros sueños es tener un directorio de especialistas para que puedas encontrar a alguien que pueda comprender tu familia y ayudarles. Revisa aquí para ver los que ya se han anotado para servirles. Para encontrar más ayuda en tu país o región, puedes contactar a nuestros aliados a través del mundo hispano.



Este contenido fue tomado, editado y traducido del Consejo Nacional para la Adopción. Lo puedes encontrar en su idioma y formato original en: https://adoptioncouncil.org/publications/prenatal-stress-preverbal-trauma-and-developmental-trajectories/

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